Un instante
Un
instante.
Soy
apenas un instante.:
ligero,
sutil, perecedero en el agua de ese mar
absurdo
e insondable al que llaman vida
los
ojos ciegos que respiran siempre su
propia desgana.
Ojos
miopes que viajan en el último vagón de
la fila
marcada
donde se aprende el correcto oficio de las señales
que
dormitan cuando el color difuso de los paisajes
se hace
ronco como las olas oscuras de las resacas.
Un
instante.
Apenas
un instante:
tenue,
cálido, ávido e inconstante
en este
torrente de nacer y renacer nuevas esperanzas,
aunque
todo ya se haya perdido y quede solo la rabia
de
alzarse de nuevo para un repetido morir mañana.
Y
volver a nacer, y volver a morir sin que
una lágrima
rompa esa suma de mañanas al que este ingenuo
instante
lanza
al aire de tu cariño cada una de sus mañanas.
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