Agua estancada





Agua estancada


Navego sobre agua estancada

mitad yo, mitad tú,  mitad nada.

(El cielo perdió ayer su azul

en una rima de cansancio envenenada)

Miro tu reflejo. Las ondas no saben del trasluz

con que un día perdido  las mirabas.

(Y yo perdido entre aquel recuerdo

y la herida de tu mirada)

Navego sin aire por el sur de una luz estancada

con pulmones de ansias agotadas.

(Ese triste y fugaz  transcurso del agua

se hace fatalmente plomizo cuando calla)


Sin voz ni sombra




Sin voz ni sombra



Te quiero,


cuerpo sin forma, sin voz ni sombra

que dibuja interrogantes en los cuartos

donde la almohada sueña con cuerpos a los que el sudor

une en ávidos  caminos sin fin ni destino.



A ti, que no tienes nombre,

ni labios de  versos que ansíen dibujar sueños

perdidos en un reloj con sólo agujas del pasado.



A ti que  eres  mis noches de hambre y de desvelo,

te dibujo con pinceles de ternura y sueños,

manos cortadas a la luz y a los acasos.



Y en ese silencio que nos acoge y nos disfraza

abro la noche y grito en el beso de nuestro silencio:

te quiero, sólo a ti , sólo a ti te quiero







Alfiler




Alfiler

A tus ojos prendido,

imperdible de algo innato por lo incierto,

anhelo siempre lo inalcanzable,

gris y errante entre un cielo arrebatado.



                (Todo fútil por ese silencio que nos atenaza

                en mil amaneceres vulgarmente repetidos).



El aire es espiral sin color ni destino,

moho en  pulmones de un papel descolorido,

resignado a ser susurro apagado de versos abortados

 que quisieron ser labios y acaso por ti  aullido en el deseo



                (Todo calla. El viento en tu cuerpo  deshojado

                desfallece ávido de de ternura y de destino…)



En tus ojos perdido, 
     
sombras de caminos entrecortados,

araño el alfiler que me anuda en la niebla la garganta

y aspiro a susurrar  rimas que no entiendo



                (Todo es fugaz por lo que callamos.

                Caminos de niebla entrecortados…).


Oquesta




Orquesta


Me deslizo en esta tarde mustia por lo inerte

de unos leves corazones de papel descompasados

por sonidos que encierran palabras que ya no entiendo.

Suena en silencio una orquesta que navega roja entre mis dedos

y que entre mis calles hoy brilla, musita y luego ... desfallece .

Solo quedan tus ojos. Sólo esos párpados  tristes y cansados

heridos en un guiño futilmente sutil sin límite ni consciencia

me abrazan en el perfil de un corazón y me retienen.

No sé alcanzar hoy algún sueño entre sombras maniatado

con papeles de dibujos amordazados por un  tanto por ciento,

sin atarme a ese desatino en que la sangre amotinada en un torpe deseo

muere hoy en ti por no saberte decir:  “Ya sabes… yo te quiero…”



Negación





Negación



No me mires, no me leas,

ni siquiera me adivines…

Estoy más lejos de tus palabras

y del perfil de los actos no cometidos

en sueños de almohadas por vigilias enfurecidas.

Ya no estoy en rincones de memoria

abatida por cansancios inacabados

entre tus manos, perfil de agua disecada,

ni en los labios acarminados  por venas

amoratadas en lascivos deseos de cuerpos

enredados en una realidad incognoscible.

No me mires, no me mientas,

ni siquiera entre suspiros febriles e  inacabados.

Estoy ya  lejos de ti, de mí, de todos los sueños:

más allá de todo, más allá incluso de mis versos.



Elipse enmohecida






Elipse enmohecida 


Entre una elipse de sueños apagados

busco el ocaso de lo imposible.

Nada vive en tu entorno. Ni el magma

de una cenicienta de zapatos malgastados

por un cuento cruelmente repetido

en cada noche en que, perdida,  tú me miras.

Navego más allá de mis canciones entonadas

en una esquina de un palacio derrumbado

por el orín de algún dios sin nombre ni destino.

Todo es mío. El aire que no respiras,

la noche y su amante descolorida, el alba,

mis silencios y la agonía de mis palabras.

Nada te debo. Solo el principio de un camino

que nunca abandoné en algún verso enmohecido




Cuento discontinuo




Cuento discontinuo



Tras una línea de puntos discontinuos,

por lo acompasados,

mueve el perfil del tintero de las horas secas

un vals de silencios amartillados

en el silencio de una oscuridad

sin destino en su  propia urgencia.

Mueve  un desliz  en el  hilo de un destino

sin patria ni horizontes encintos

buscando un no se qué de un beso

desdibujado por el agua de un desierto

sin sol ni olas de un fatal espejismo.

Duerme la noche

en un bosquejo de un cuento inacabado.

Nada queda. Solo de una lágrima el eco

mordido por esta desesperanza.



Quiros fanos (χείρ φαίνω)




Quiros  fanos   (χείρ φαίνω)



Me esperas,

en esa oscuridad fatal por lo breve,

                (y eterna por lo incierta),

en un interrogante deseado por la tristeza

que en cada noche me abraza y me aniquila.

Y ya no llega el viento de mis versos

a la luz de aquella noche de esperanza,

                (y de tu nombre en las tinieblas),

en ese respirar acompasado por esa niebla

que es mi afán y mi destino

cuando las caricias de mi amada melancolía

me envuelven y, cálidas, lloran y me acarician.

Me esperas,

los ojos cerrados a ese tiempo vacío,

con mi reloj impar de horas disecadas.

Hacia ti, resignación muerta,  me encamino.

Ya nada cuenta, Sólo el mañana y su desafío






Te miro






Te miro



Te miro

cómo te deslizas, suave, leve, entre un tiempo

que te acosa en su propia indiferencia,

el alma abandonada en el interrogante de una vida

abierta al compás del abandono y su rutina.

Me asomo a la calidez de tus tristes ojos,

hambrientos mensajeros de una dulzura inacabada,

y adivino, cierto, de sonrisa una blanca marea,

de ternura, un frágil  horizonte siempre por desnudar.

Me deslizo, hoy,  entre las palabras,

fantasmas heridos de una inútil inconsciencia,

y te  las dibujo entre el viento herido de mis versos,

acaso mensajeros de una fatal esperanza incompleta .

Miro entre su cadencia  el cielo que te mira y te abraza

acariciando cómplice  un sueño para tus sueños.

Y tú, mientras, perdida en el camino de tus miedos…

Y yo…  atisbando el perfil de tu cielo con mis versos…





Vals ciego




Vals ciego



Ciegos, 

bailando un roto vals  

cuya música no entendemos

en un espacio indeterminado por la ausencia

de un dios alejado y dormido

en ese cielo ensombrecido por la tormenta.

Nos abrazamos a cuerpos

de brazos intermitentes de una triste agua

hambrienta de calor y de deseo

mientras unos  labios peregrinos

besan espejos de  mármol enmohecidos.

entre este compás maldito por tu recuerdo.

Y entre alguna sombra de sueños,

entre un absurdo compás solitario, dormidos

sigo bailando este vals contigo,

 un vals ciego de música de pasos perdidos







Sueño con serpientes







Sueño con serpientes




Sueño con mi duermevela

que se abraza a la serpiente de tu cuerpo

cuando los segundos me llevan por el camino impenetrable

que se pierde entre las curvas de tus besos

en un tiempo perdido de horas sin tiempo ni demora.

Y en los pliegues de la almohada y de sus sombras

se disfraza de verdad un nombre que se encierra

en el miedo de la consciencia de la derrota

de una luz empobrecida por la oscuridad de tu ausencia.

Todo duerme un sueño imposible.

Un cierto aire de nostalgia compasiva me besa

ignorando el  torbellino del deseo y su recuerdo.

Todo es un suspiro de aire.  Sutilmente por lo incierto.






Infantil





Infantil




Sonríes ,

con esa sonrisa que abraza la inocencia

aquellos sueños infantiles.

Te miro.

Miro tus ojos abrazar el aire que pregunta al vacío

respuestas imposibles.

Al fin encierro a la sombra mis ojos

mientras se abren los sueños y se ilumina tu rostro

de besos aún no explorados.

Todo está bien.

El frío aire  calla y enmudece.

Siento el corazón en calma y un escalofrío

acaricia  el miedo de infinita  tibieza.

Todo está bien.

Tus manos alientan lo infinito.



Sombras oscurecidas





Sombras oscurecidas


El tiempo se lleva las sombras oscurecidas.

                                (No recuerdo ya tu nombre en mi memoria)

por el frágil vaivén de la vida desacompasada.

Me hiere el recuerdo en esta noche en que no me abrazas

acunando las horas sin nombre ni sentido.

                                (Todo es igual. En las formas indiferente)

En el laberinto absurdo de las palabras

busco el nombre de las caricias entre tu falda perdidas .

                                (No recuerdo el beso del silencio…)

Entre la derrota de tu piel perfilo mi desesperanza

cuando me hieren de la sombra sus aristas.

                                (Todo es igual. Apenas  sombras atrapadas)

El tiempo se me lleva en esta hora oscurecida.

Busco tu nombre.  Alguna caricia inacabada.

                               La noche me besa. Triste, apasionada.





Horas disecadas





Horas disecadas



Estás cerca,

entre mis huesos de mármol alicatado

en sueños incendiarios apagados

por la marea de una rutina innecesaria

por lo fútil de un dolor descolorido.

Cerca de mi cama, más cerca

de las pesadillas, entre luces disfrazadas,

amartillando el camino erróneo de la esperanza

cuando el tic tac de un reloj de horas disecadas

se pierde entre los ecos amargos del alma.

Me pierdo entre el jardín de mi memoria

de recuerdos entre el miedo disecados,

abrazo asombrado el indefinido ahora

antes de que el viento de la angustia, hoy enmascarada

en tu recuerdo  de besos abandonados,

me lleve a puertos de navíos en ti desarbolados.

Estás cerca, muy cerca,

entre un escalofrío, en esta mañana estremecido,

que acaricia la noche que nos abarca

abandonándonos la vida, en  esta  vida inacabada.






Reflejo ciego







Reflejo ciego




Mira y sonríes.

                (Mi mirada desfallece entre lo incierto)

La sonrisa agoniza e incierta se desvanece…



Todo es banal por lo fútil.  Intentas buscarme lejos…

                ( Entre tus sombras y tus miedos)

La sombra solo es fatal abrazo de su propio cuerpo.



Mis labios, tu sonrisa. Tu sonrisa caricia  inerte...

                (El camino es camino el tuyo sombra indiferente.)

Cierras al fin  los ojos. La luz te mira, calla…  y palidece





Caminos paralelos de musas disecadas




Caminos paralelos de musas disecadas



Camino errante por  la sombra de tus pasos

entre la bruma de la ternura

y  la ausencia de mi  deseo,

caminos paralelos de mundos adyacentes

siempre entre suspiros, en la verdad  indiferentes.

Nada me ata sino el recuerdo

a caricias abandonadas , a ecos de aquellos besos

cuando su cuerpo era el desliz hacia el deseo

y sus labios puerto donde el rumor acaso muere.

Camino a tu lado, tus ojos en el frío suelo

y los míos allá donde  los tuyos duermen y se desvanecen,

entre una seca sonrisa de ternura en ciernes,

y la necesidad de un deseo, de un deseo indiferente.





Estancia entre niebla








Estancia  entre niebla



Te siento

extrañamente cerca, como ese beso inmerecido

que te acosa y  envenena el odio de haber nacido

ausente de horizontes de grandeza de un invierno

de carnes con sabor a un dolor tristemente  enmohecido.

Miro dentro,

donde la sangre pierde la esperanza

de encontrar en el torbellino de sus venas

el camino de un corazón de un ritmo acompasado

al vaivén de aquel niño y su olvido

cuando Tú eras carne, y vida, y un tiempo

donde la noche era sólo el preludio del mañana.

Te siento,

más allá del miedo, más allá del deseo , más allá del cielo

pintado en febriles sueños adolescentes

cuando Tu nombre era niebla entre la niebla de la mente

y Tu voz un rumor entre mis gritos adormecido.

Camino por un interrogante estremecido

buscando lo imposible. Pero entre mis miedos camino,

paso  a paso , en un intento suicida e irreverente

de abrazar Tu sombra, luz de niebla intermitente,

y sentirte, ya ves  como ahora   Te siento,

entre la niebla, extrañamente cierto y reconocido.













Vals nocturno






Vals nocturno



Me extraña esa sombre que me abraza

en este instante de aire sin ese tú de números que no entiendo

cuando el viento se hace cuerpo de sal sin inercia.

Cierro los ojos. La calle se desdibuja entre las aceras

que encierran  nombres con acordes de sabor a tu  recuerdo.

Solo una sombra incierta y unos pasos amortiguados

cruzan la calle en un baile de un cansancio infinito

que se pega en un vals de  indiferencia medida al alma.

Ya ves, me abrazo al suelo que me acoge y me besa,

sombras de labios marchitos de melodías muertas,

cuando me dejo llevar por ese silencio que me ampara

mientras tu sombra sigue entre sombras gimiendo,  

gimiendo en un recuerdo de un vals de vías muertas.








Te echo tanto de menos




 Te echo tanto de menos



La noche besa heridas las estrellas

mientras tu nombre hechiza el olvido

entre mi penumbra de alcohol y duermevela.

Todo calla. Calla y sueña…


…Te echo tanto de menos….