Respiro






Respiro,

con ese aire metódico y desaliñado

en un espejo de un cristal descolorido

por los segundos que lo amortizan.

Todo es fugaz en las manos

que abrazan en el aire nubes cotidianas

que desdeñan un sol metódico en su sendero

sin horizonte al que levantar esos ojos tan cansados.

Nada me ata. Ni las palabras sin viento

en el que se me amarra la inconsciencia,

ni los besos sin aire, sin  luz y sin destello.

Sólo la muerte que entre su vacío me abraza

en un futuro insondable por lo incierto.

Solo la muerte y su amenaza