Oquesta




Orquesta


Me deslizo en esta tarde mustia por lo inerte

de unos leves corazones de papel descompasados

por sonidos que encierran palabras que ya no entiendo.

Suena en silencio una orquesta que navega roja entre mis dedos

y que entre mis calles hoy brilla, musita y luego ... desfallece .

Solo quedan tus ojos. Sólo esos párpados  tristes y cansados

heridos en un guiño futilmente sutil sin límite ni consciencia

me abrazan en el perfil de un corazón y me retienen.

No sé alcanzar hoy algún sueño entre sombras maniatado

con papeles de dibujos amordazados por un  tanto por ciento,

sin atarme a ese desatino en que la sangre amotinada en un torpe deseo

muere hoy en ti por no saberte decir:  “Ya sabes… yo te quiero…”



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