Fracaso de versos de fría plata
Una vez,
en esas veces en que la luna se disfraza
y te llena los ojos
de pupilas negras,
llené mis versos de espuma de esperanza
y los lancé contra el mar de tu tristeza.
¡Que seguro estaba!
Llené de rayos de mares y olas de plata
cada una de mis aladas palabras,
rompí cuantos cielos soñé que brillaban
para prender cada una de su estrellas en tu alma.
¡ Qué seguro estaba!
Te dije cuanto soñé en noches de almohadas
rotas contra el insomnio en el que te buscaba
en las horas en las que los relojes mueren de tristeza
y las sombras dibujan siluetas con tu ausencia.
¡ Qué seguro estaba!
Luego llegó el día, y el sol, y la verdad amarga...
y murieron mis versos, se quebraron mis palabras..
versos de aire, versos de aguas heridas de palabras....
Yo que quise ayudarte... sólo supe herir tu alma...
¡Qué seguro estaba!
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