Bastan dos palabras


Bastan dos palabras





Bastan dos palabras,

escasamente el mundo mágico de dos palabras,

para que el mundo se abra como un pétalo

de flores que apuntan con sus colores al cielo

que envidioso las admira.



Basta el hechizo de dos palabras

que llevan el sonido de un “ te quiero”

para que el mar se admire de las olas con las que compone

melodías de viento de tibia arena que llevan tu nombre.

Bastan  sólo dos palabras, apenas sólo dos palabras.



Pero tuyas,

que sean tuyas,

que el amor sea tuyo, y tu alma y tu cuerpo,

que sea tu voz la que lo pronuncia y tu viento

el que les da la vida. Si no, ¿para qué las quiero?

Dime, mujer, si no me quisieras...

¿ Para qué las quiero?


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