Porque quieres
Porque tú lo quieres,
porque te quiero,
volveré los pies sobre el camino
que más quiero
porque fue en el que te quise
como ahora te quiero,
y no diré nada:
ni una palabra de las que lloran
en el alma,
ni una lágrima
de las que arrasan los ojos en la
mañana.
Porque tú quieres,
porque te quiero,
arrancaré los ojos al niño que veía
tiritar las estrellas que a tus ojos bañaban
y que, torpe, tus ojos arañaba
al querer entregarla.
Porque te quiero
amordazaré los labios de ese niño ciego
que no sabía sino susurrarte te quieros
con palabras que, torpes, te perturbaban.
Porque tú quieres,
ataré a la tierra mis pies
que no sabían sino buscarte cada mañana
y que, torpes, tu paz agitaban.
Porque tú quieres,
porque te quiero,
seré lo que tú quieras que sea,
seré como quieras tú que sea,
sin saber, sin ahora saber,
si querrás, si me querrás,
cuando sólo sea la sombra incierta
de aquel niño que, torpe,
tanto y tanto te quisiera.
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