Luna de plata
Un día se me llevó la esperanza
escondida tras la lluvia de sus
dedos
y me dejo sin nada,
sin nada
con lo que seguir malviviendo.
Un día se me quebró mi paso
vacilante tras sus pasos
y me quedé dormido entre el suelo
frío donde se estremecieron mis
sueños.
En el frío suelo del
desconsuelo...
Y un día, apareció una luna de
plata,
y me abrasó la mirada,
me iluminó la mirada con su
sueño,
-el sueño no es sino sueños de
sueño-,
y supe que eran a los ojos
aquellos
a quienes estaba queriendo
sin haberlo sabido, casi sin
saberlo.
Me quedé en una luna de plata
queriéndote,
entre tus rayos de luz en ti queriendo.
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