Andadura
Llevo hollín en los zapatos
que arrastran incendios aún no apagados.
No puedo mirar atrás. El viento me arrastra los ojos
a un desván reconocido donde almaceno recuerdos
amontonados en la arena del lodo del silencio.
Sumo un paso, y otro, y ese definitivo paso
que me aleja de ti y de tus besos, pesados como una nube
cargada de una lluvia capaz de ahogar todas las lágrimas.
Busco, ya sabes, quizá, algún escalofrío nuevo
que incendie el camino de una tenue esperanza
que ayude a pensar, siquiera en un breve e inmortal momento,
en ese engaño ,entre las brumas necesario y consentido,
que algo tiene sentido antes que la muerte nos abata.
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