Nada importa



Nada importa


Duerme.
Yo vigilo el eco tus pasos perdidos
en la inocencia del deseo.
Nada importa.
Ni los besos que murieron
antes de que los labios hubieran nacido
del turbio desliz de las palabras
con las que, incansablemente, nos engañamos.
Sera mañana cuando rompamos el silencio
con ese desánimo que nos acompaña
en cada segundo que absorbe ese miedo
que nos da amanecer de nuevo.
Duerme.
Ya nada importa.
Duerme.


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