Lúcida calma
Todo está en calma.
Las maletas cierran autopistas de miedo
camino de extrañas miserias
mientras tu nombre en mí navega
como olas sin playa que las duerman.
Los ojos lentamente callan y sueñan.
La sangre resbala en un corazón de paja
por entre unas venas amortizadas.
Una vez te quise, recuerdas?
Y la noche llora. Llora y luego calla
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