Entre el amor y la
melancolía
Aún no habéis nacido;
no sois carne, ni sueño,
ni sombra de la estela del recuerdo
hambrienta de no haber vivido,
y ya palpitan vuestros versos.
Y hay un no sé qué
que resbala entre los dedos,
hacedores de sombras de sueños,
alzándose desde el mundo de los sueños,
allí donde lloran de amor los besos.
Aún no habéis nacido,
poemas de un lector desconocido,
y ya casi tocáis mi cielo:
líneas perdidas entre un amor perdido
por un cielo roto y desconocido.
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