Todo está bien
Abro
los ojos.
Y el
aire me acaricia la esperanza
con que
me regalas cada día en el que me amas.
Ahí
estás.
Ingrávida
ante el miedo que nos acompaña,
me
envuelves cada recodo de piel herida
del
abandono y la mortaja.
Todo
esta bien.
Recuerdo
otros días, otras mañanas.
Pero
tus besos los acallan y los empapan
en
luces de rosas y miel.
Cierro
los ojos.
Tú me miras. Todo
está bien.
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