Memoria
Como un árbol aterido
a la tierra
en la que muere y
descansa,
incapaz del olvido,
amante fiel de la memoria,
duermo arañando en la
cárcel de mi almohada
el recuerdo que margina
cuanto brota
de la ternura en la que
se encierra.
Sumo segundos, abrazo
mis sombras
en el deseo de
desvanecerme entre esa nada
que muere entre ti y a
ti te reclama.
Siempre queda entre el
rumor de las sábanas
el aullido del dolor de
tus palabras.
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