Tornasol
Vengo
desde lejos, desde muy lejos,
desde
allí donde se rompen los cuerpos
y las
noches se disfrazan de miedo
con
olor a muerte y de un adiós sin recuerdo.
Abandonados
en el hastío los versos,
cerrados
los ojos, amarga y seca la garganta,
incineré
en el abandono las lágrimas
que
nacen de la impotencia y el silencio.
Vengo desde lejos, desde muy lejos,
no sé
si el horizonte se hace de nuevo cielo,
ni si
habrá oído de luz para mis palabras.
Hoy
sólo apenas alzo los ojos y casi recuerdo:
Todo
era negro…. y tú, tú ya no estabas.
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