Reflejos azulados




Reflejos azulados





Se abre la noche. Las luces se disfrazan

de espejismo con sabor a besos desparramados

en un cielo abrasador por lo oscuro de su alma.

Ya todo está bien. Los reflejos ayer azulados

juegan con los sueños de las calles apagadas

dibujando tu rostro en colores olvidados

por aquel dios que hoy ya no nos reclama.

Cuento las espinas que la noche amenaza

en un corazón cansado de versos inmolados

al afán de la vida y su universo inacabado,

y rompo las cadenas que a mis estrellas te atan

como un fantasma cosido al fondo de mi alma.

Pero se abre la noche. La luz se desmaya

y los ojos se abren a un poema enamorado.

Todo está bien. Es sólo un reflejo azulado.


 

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