Espejo de sombra
Ni el
viento que arrastra mis besos
perdidos
en un sueño indeciso,
ni los
versos,
ni las pálidas
por el desvarío palabras
amanecen
ya en la sombra de tu cara.
Ni algún
te quiero
susurrado
apenas entre el hueco
de
alguna puerta de mi sutil infierno,
ni mi
amor soñado y perdido,
ni mi
voz, espejo de un escalofrío,
amanecen
ya en el interrogante de tu cuerpo.
Ni los
versos, ni la noche robada al sueño
buscando, amor,
no sé qué fatal intento,
pueden
ya, mi amor de luna y cielos,
encadenarte
a mis recuerdos.
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